lunes, 17 de marzo de 2014

NUESTRA MKV: ALGO MÁS QUE UNA SALIDA EN BICI


Es curioso, y no deja de sorprenderme a mí mismo, cómo nos motivamos los “cicloturistas” para salir a andar en bici (léase entrenar) un día sí, y al otro, si se puede también. Y escribo “cicloturista” porque ninguno de nosotros tenemos intención declarada de competir. Algunos, la minoría, porque no lo hemos hecho nunca y vemos que cualquier competición tipo Master, se nos queda grande. Otros, la mayoría, porque ya han competido bastante. Han demostrado su clase, su valentía, su raza y su coraje incluso en profesionales. Han sacrificado ya gran parte de su vida por la bicicleta, y sencillamente ahora ya no les apetece. Disfrutan andando cuando pueden, sin ningún compromiso, porque simplemente les gusta andar en bici y siguen disfrutando con ella, lo que desde mi punto de vista es admirable después de lo que habrán sufrido con el sillín entre las piernas.

En fin, a lo que iba; Todas las grupetas tienen marcado algún Día en el calendario, que por unos motivos u otros se ha convertido en una clásica. Días en los que te apetece más que en otras ocasiones estar bien y en los que te hace más ilusión dejar de rueda (ganar) a tus compañeros de grupeta. Días, para los que te has preparado de una forma especial, simplemente días. Días que los has utilizado como motivación para salir a entrenar (y hacer series) cuando menos te apetece. Y son eso simple y llanamente días. No necesitamos pensar en la Quebrantahuesos, o en ningún otra prueba, simplemente preferimos pensar en nuestro Día.


Un pequeño (y ya maduro) zorro asusta y se merienda a un joven
wizo, una especie considerada rara y en peligro de extinción.
Para nuestra grupeta, ese día llegó el pasado sábado. Siempre hacemos coincidir la Vuelta a Tirgo, en la manera de lo posible, con la Milán-San Remo. Quizás por eso, hasta le llamamos la Milán-Kutxo-Vitoria. Sin duda no es el recorrido lo que le ha dado la trascendencia de “clásica”, si no el viento que en muchas ocasiones nos ha hecho que nos comportemos como auténticos “borricos”. Pero sobre todo las ganas e ilusión con la que nosotros nos la tomamos: Vamos al masajista una semana antes a “soltar” la musculatura, cenamos pasta, preparamos los botellines la noche anterior, nos levantamos más pronto para hacer bien la digestión del desayuno, salimos antes a calentar, estamos nerviosos la noche anterior y esa misma mañana, y todas esas cosas que algunos tuvieron la suerte de poder hacer cuando competían y otros hemos oído que hacían y siempre nos ha dado algo de envidia…

Salimos rápido ya de salida, pero la grupeta no se rompe, ya está partida antes de empezar. Cada uno sale cuando quiere para ahorrase el calentón inicial y hay un montón de grupillos desperdigados por el recorrido que se irán juntando a medida que trascurra la mañana. Vamos rápido todo el rato, cuando no es uno quien tira, es otro. Nos hacemos sufrir unos a otros, pero a diferencia de otros años, en ningún momento hacemos el “borrico”. Vamos con educación y respeto por la carretera (que esto sea la novedad es triste) y llegamos a las dos subidas finales con las piernas bien cargadas. Como si fuese nuestro Tour particular, comentamos que será el momento donde se vea si los entrenos del invierno, o nuestra planificación de la temporada, ha sido la correcta o deberemos cambiar algo para el año que viene.

Ataques y más ataques, incluso cuando las piernas te están diciendo que ya no hay más, un sprint final entre dos figuras, un “abuelo” y un “aspirante”,  que por la clase que han tenido y tienen,  las ganas, rabia, ilusión y coraje, nada tiene que envidiar a un final disputado a dos en cualquiera de las clásicas de la Árdenas Belgas. ¡Cómo os admiro (y qué envidia me dais)! Por detrás, también a cara de perro. En otras ocasiones, incluso subiendo el mismo puerto, cuando te has quedado de la cabeza, levantas el pie y esperas, hoy no. Se mira para atrás y se defiende a muerte cada puesto.

Ya arriba, tiempo para comentar las impresiones. La jornada ha dado mucho juego, ha mantenido caliente el whatsapp toda la semana y lo mantendrá por unos días más. Pero sobre todo: ¡HEMOS DISFRUTADO! Para mí es un honor poder andar en bici con gente que ha llegado donde lo habéis hecho vosotros. Seguiré entrenando para ver si os puedo hacer sufrir un poco más el año que viene. ¡Hasta la próxima!

¡No era una cabra, que era un carnero!