En 2014, seis de los mejores
hombres de la Grupeta Forum que formaban un komando,
fueron designados para una misión “que ni
habían imaginado”. No tardaron en fugarse del pelotón en el que se
encontraban recluidos. Hoy, todavía doloridos por el esfuerzo, sobreviven como
cicloturistas de fortuna. Si usted tiene alguna pájara y si se los encuentra,
quizá pueda ponerse a rueda… Ellos son: EL
KOMANDO PAX AVANT.
Integrantes del KOMANDO PAX
AVANT:
- El Coronel John “El zorro” Smith. Este veterano de guerra recibe su apodo por
sus destacadas dotes para la estrategia, preparación meticulosa de sus
objetivos y estar siempre listo para el ataque. Su frase más conocida es “Sólo puede quedar uno”.
- El Capitán Howling Wizo Murdock. Experto caza-recompensas que suele luchar solo
contra el viento. Realizó misiones en otras comarcas. Está internado en una
empresa de pesajes y a la hora de las marchas, sus compañeros le suelen ayudar
a entrenar.
- El Teniente Templeton Atómico Peck. Es una máquina que se encarga de proveer al equipo de material de difícil consecución mediante el uso de ingeniería social. Gracias a él, sus compañeros pueden disfrutar de una rica arroz con leche de su suegra o mermelada casera de ciruela.
- El Sargento Bosco M. A. Lejías. Es el musculoso del grupo que se ha ganado su apodo por el colorido de sus piernas y por su Mala Actitud en la grupeta. Suele destrozar a sus compañeros con un ritmo machacón y persistente. A pesar de su fuerza tiene miedo a atacar, lo que le ocasiona problemas con Wizo Murdock del que desconfía siempre e insta normalmente a ir a ritmo. Su frase más conocida es “Me vais a matar”.
- El Cabo Primero Moreno. Destacado lugarteniente del coronel “El Zorro”. Preparan sus objetivos conjuntamente y a menudo hace de avanzadilla desgastando a sus rivales para que éste aseste su estocada final. Gracias a sus dotes para el camuflaje, a menudo pasa desapercibido, pero siempre está. Destacadas han sido sus misiones en Llodio y sus incursiones en el MTB.
- El Soldado Rigo. También debe su apodo al color de sus piernas y no a las cualidades para la escalada que tienen sus compatriotas los escarabajos. Se pasa las mañanas de los sábados con el culo prieto y persiguiendo al resto del komando. El capitán Wizo Murdock le suele atacar constantemente en los sitios más imprevisibles, pero Rigo no pierde la esperanza de algún día hacerle morder el polvo (cerca hemos andado).
La Misión: Pax Avant 2014
Viernes 16:30 (-13.25h Día D;Hora H)
Los integrantes de la incursión
en terreno comanche sincronizan sus relojes la tarde del viernes a 200 km del Centro
de Operaciones. Apenas quedan 12 horas para la Hora H del día D. Tras unos
pequeños problemas de logística viajan en vehículos camuflados hasta el Centro
de Operaciones situado en el Valle del Roncal. Cenan pasta y recuerdan
anécdotas de misiones anteriores al amparo de una mesa que se va llenando de
cervezas vacías. Fuera, llueve y truena con fuerza, como prolegómeno de la
tormenta que se desatará también dentro de escasas horas.
Sábado 06:30 (-1.45h Día D; Hora H)
El komando prepara el asalto. Dan buena cuenta del surtido de víveres
traídos para la ocasión: el arroz con leche de la suegra, los cereales, las
galletas con chocolate, la pechuga de pavo, el bizcocho… Cada miembro llena sus
reservas con lo que más le apetece. Sorprende de sobremanera lo poco que
desayunan algunos integrantes del comando para la misión tan arriesgada que
tienen por delante. Cada uno conoce su cuerpo y tiene su estrategia. Todos
comparten objetivo.
Sábado 08:15 (Día D; Hora H)
Da comienzo la operación que
tanto hemos estado preparando. Días de frío, series, rodajes interminables,
todo se tiene que notar hoy. El Coronel John “El Zorro” Smith, el Teniente Templeton Atómico Peck y el soldado Rigo
ruedan en cabeza en misión de vigilancia de los enemigos más destacados. El capitán Howling Wizo Murdock, El Sargento Bosco M. A. Lejías, y el Cabo Primero Moreno
viajan en la retaguardia esperando instrucciones.
Se corona la primera pequeña
dificultad montañosa y en las primeras estribaciones de la segunda -ya no tan
pequeña- dificultad, se rompe la harmonía. Un grupo de intrépidos valientes
pone paso firme. El Soldado Rigo pierde
contacto con el grupo puntero, conoce bien el terreno porque ha luchado por
estos lares en ocasiones anteriores. Sabe que cualquier esfuerzo extra se paga
y consciente de sus posibilidades guarda reservas para la batalla final. El Coronel
John “El Zorro” Smith y el Teniente Templeton
Atómico Peck representan al komando en el grupo cabecero. Por
detrás, el Capitán Howling Wizo
Murdock, herido de muerte en la edición anterior, también regula. Tiene mal
recuerdo. Lo describe como una de sus peores experiencias en combate y no
quiere volver a pasar por semejante calvario.
Ascendiendo Issarbe, repican ya
campanas de guerra y tres “combatientes
enemigos” abandonan la disciplina del grupo puntero. El Coronel John “El Zorro” Smith y el Teniente Templeton Atómico Peck se miran, debaten,
deliberan, y conscientes de lo que queda deciden postergar su ataque. No por
mucho tiempo. El Teniente Atómico
cambia el ritmo del desfile y se va sólo hacia los enemigos, todos ellos conocidos amigos de otras múltiples batallas.
Primer contratiempo. El Teniente pincha en la bajada y se ve obligado a reparar
la avería de su arma reglamentaria. En una impresionante maniobra de
estrategia, sangre fría, y por supuesto mucha fuerza y envidiable estado de
forma, da caza de nuevo al grupo de John “El
Zorro” Smith. Tablas de nuevo. Por detrás, el Capitán Howling Wizo Murdock, en un juego de cambio de
papeles habituales, da caza al Soldado Rigo,
ambos compartirán unos cuantos kilómetros de aventura de aquí en adelante.
Comienza la primera de las dos batallas
con el gran monstruo de esta misión. Suenan las primeras explosiones, y un
fuego cruzado enemigo pilla de imprevisto y hiere de gravedad a nuestro Coronel
“El Zorro”. Ésta ya no es su guerra.
Más atrás, el Capitán Wizo y el
Soldado Rigo abandonan el grupo,
colaboran, y en compañía de un auténtico fenómeno (¡¡¡Olé tus huevos
Guillermo!!!) hacen una subida impecable. Comparten algo más que kilómetros
hasta el comienzo de la segunda batalla con el mismo monstruo, donde el Soldado
Rigo se detiene para abastecerse de
víveres para el tramo final.
En la retaguardia, el Cabo
Primero Moreno, decide que ésta
tampoco es su guerra, la batalla final le puede pasar factura en su siguiente
misión, y pone rumbo al Centro de Operaciones. El Sargento Bosco M. A. Lejías con su ritmo machacón, e
impasible como siempre, sigue recogiendo cadáveres. A todos, y en contra de lo
que dice su apodo, les ofrece una rueda amiga para acercarles al final de la
misión. Sólo tienen que aguantarle, que no es nada fácil.
De los tres de cabeza, dos son
también eliminados por fuego -esta vez amigo- disparado por nuestro Teniente Templeton
Atómico Peck. Fiel a su apodo no
para, atómico e incombustible se lanza (si leéis bien, “se lanza” a pesar de estar subiendo) hacia la cúspide de la última
cima/batalla de esta guerra. Sólo en los últimos kilómetros de este colosal
puerto acusa el esfuerzo de la machada anterior, y otro guerrero que ha ido más
protegido de las hostilidades acaecidas en la primera línea del frente, le
lanza una bala que le roza el costado. Aún y todo, infiltrado en esta misión
termina la contienda en una posición envidiable y en un tiempo inalcanzable
para el resto de los mortales.
Por detrás, el coronel John “El Zorro” Smith se retuerce en cada
curva, herido en su orgullo promete venganza. Primero, el Capitán Wizo Murdock y un poco después el
Soldado Rigo le dan caza. Les da cuenta
del parte de lesiones, comprueban su estado, está herido, le ven mala cara,
pero no hay duda, saldrá adelante y seguirá ganando guerras como ha hecho hasta
ahora. El Soldado Rigo, ahora sí en
su papel, también da caza al Capitán Murdock a escasos 6 km para la cima.
Viajan también en posiciones admirables dentro del top-ten. Aunque los dos van también heridos, ir junto a un oficial
de tan alto rango –vencedor de grandes batallas- le da una motivación especial
al Soldado Rigo que se va por delante
hacia la cima. Sabe que es una separación temporal y que en la bajada hacia
meta se volverán a encontrar. A menos de un minuto corona el Capitán que se
lanza con todo lo que le queda a la búsqueda del Soldado Rigo. No lo encuentra. La velocidad le hace no reparar en la cuneta
donde yacía retirada el arma del Soldado. La ha tenido que dejar abandonada y
salir corriendo en busca de un árbol que le garantice un poco de intimidad para
dar rienda suelta a los ruidos que se han ido generando dentro de su maltrecho estómago
en los últimos kilómetros. Así, en un par de ocasiones durante la última bajada
hacia meta. Sin una explicación clara (el calor, el esfuerzo, las sales, los
geles,…) admite con resignación, aunque con dificultad, que el Capitán Wizo Murdock le haya vuelto a ganar la
partida. Y todavía con más dificultad que su objetivo del top-ten y menos de ocho horas se le haya ido al garete cuando
estaba tan cerca. ¡Qué paradoja! Tanto apretar el culo y ahora es precisamente
el culo el que se afloja. Al igual que nuestro Coronel, promete venganza. Nos
volveremos a ver en la misma batalla.
El Sargento Bosco M. A. Lejías, siempre leal al regimen, recoge lo
que queda del Coronel John “El Zorro”
Smith y lo trae de vuelta y casi entero al Centro de Operaciones. Aquí, muy
cerca del collado de Ernaz, donde los vecinos de los valles de Baretous y de
Roncal se reunían para la ceremonia del Tributo de las Tres Vacas, finaliza
nuestra misión. Cuenta la leyenda que los alcaldes baretoneses, una vez
entregadas las tres vacas, juntaban sus manos con el alcalde de Isaba que
pronunciaba las palabras: Pax Avant, Pax Avant, Pax Avant. Significaba Paz en
Adelante. Los integrantes del komando
Pax Avant por el contrario prometen más batalla. ¡Volveremos hasta
conquistarla!